Por Sebastián Fest - DPA
DURBAN.- ¿7 de julio San Fermín? Desde ayer también San Puyol. Sí, Carles Puyol se transformó en santo después de anotar el gol que llevó a España a jugar su primera final en un Mundial.
Si alguien sabe lo que es ganar, ese es Puyol. Capitán de Barcelona que cosechó los seis títulos en la temporada 2008/2009, para el seleccionador Vicente del Bosque es un puntal del equipo, por lo que es probable que intente convencerlo de que siga luciendo la roja, al menos, hasta la Eurocopa de Polonia/Ucrania 2012.
"Después del Mundial ya hablaremos. Lo que hay en juego es muy importante y lo valoraremos. Es una decisión que no tomaré solo, lo haré con el técnico y con Fernando Hierro", comentó el líder de "la furia".
Faltaban tres minutos para las diez de la noche. El arco del futurista estadio "Moses Mabhida" se recortaba blanco en la negrura del cielo y Puyol elevó sus 178 centímetros para cabecear el córner de Xavi.
Pareció un gigante entre tantos gigantes alemanes, saltó para el cabezazo más importante de su vida y le puso al partido lo único que faltaba y que España tanto había merecido: el gol. "Cabeceó como un jabato (jabalí)", destacó Xabi Alonso. "Hemos tenido la fortuna de ese gol de córner, el gran cabezazo de Puyol", comentó, humilde, el "mago" Xavi, el compañero de Barcelona que le puso una parte del gol en los largos rizos salvajes a Puyol.
Rizos que ya están siendo amenazados por sus compañeros. "Si ganamos el Mundial, intentaremos cortarle la melena", amenazó Joan Capdevila, compañero de Puyol en la defensa.
Medio equipo se le fue encima al defensor apenas el húngaro Viktor Kassai marcó el final del partido, un final en la que el capitán de Barcelona no habló para las cámaras de televisión, una pequeña superstición que mantiene.
Sí les habló a sus compañeros. Fernando Torres -marginado ayer- lo abrazó sonriente, Pedro, feliz como un niño, volvió a describirle el gol, como si no lo hubiera hecho él, y Víctor Valdés, su compañero en Barcelona, suplente de Iker Casillas en la selección, fue a buscarlo para decirle lo que cualquier español sentía en medio del bochornoso calor y el festejo a 10.000 kilómetros de distancia: desde ayer el día de San Fermín también es "San Puyol".
Rienda suelta a la alegría
"La gente tiene que darle la importancia que tiene. Que la disfrute", enfatizó Iker Casillas cuando se refirió a la histórica clasificación de España a la final del Mundial. "Alemania fue un rival que supo jugar. No fue como otros adversarios que nos costaron mucho más porque se refugiaron en su arco", agregó el arquero de Real Madrid.